Inevitable

No sabe en que momento ocurrio, pero hoy no puede cerrar los ojos sin imaginarlo.
A veces los abre de golpe, como si fuera una manera de exorcisar su recuerdo, pero no sirve de mucho, esa sensacion de angustia en su pecho no desaparece asi como asi.
Odia darse cuenta de que se esta enamorando.
Desea volver el tiempo atras, darle vuelta la cara en el momento en que lo conocio. Y de esa manera huir de la cascada de lo inevitable.
Las miradas, las primeras sonrisas, el dialogo infinito, las risas estallando a cada momento. Sus caricias y el abrazo. La danza y el vino. La dulzura del primer beso, y del segundo y el tercero.
Odia recordarlo, estalla en lagrimas del odio. Lagrimas acidas, pesadas, como de plomo, lagrimas que queman.
Ojala no deseara volver a verlo. Ojala su corazon no pulsara con tanta fuerza sobre el pecho cada vez que el le habla. Ojala no tuviera sus caricias tatuadas en la piel. Ojala pudiera, algun dia, decirle lisa y llanamente, adios.

Pero por lo pronto, no puede. Sencillamente no puede.
Tan solo puede anhelarlo con cada suspiro, y cargar su amor, su doloroso amor, en sus espaldas.
Y esperar el reencuentro, y las miradas y los besos.
Y entregarse al momento, en el cual, borrachos de deseo, se unan en una eternidad que se termina al mediodia siguiente, con los rayos de sol colandose por las rendijas de la ventana.
Pero sabe que antes de que el sol llegue, ella es solo de el, y el solo de ella, y eso nadie se lo quita. Aunque al dia siguiente el este en otra cama, esa noche es suyo. Y es su amor, su esperanza, su amigo, su protector y su guia. Y la noche se tiñe de sueños, reflexiones y risas.
El jamas sabra por que ella lo abraza tan fuerte. Tal vez lo intuya, pero al menos nunca lo sabra de su boca.
El teje fantasias invisibles es sus largos cabellos, ella recorre su cuerpo dibujando corazones deformes con las yemas de sus dedos.
Se miran, se abrazan, se besan, se rien. Una y otra vez, infinitamente, sin descanso, sin prisa.Y se funden en un abismo dulce y caotico donde no existen el espacio, ni los otros, ni el tiempo.
Ella apoya la cabeza en su pecho y descansa en su calido abrazo, deseando que jamas llegue la mañana.

Pero la mañana llega, el prepara el desayuno que sabe que a ella le gusta, mas abrazos, mas besos, mas risas. Se despiden, y ella trata de sacudirse la nostalgia y continuar como si nada. Y vuelve al circulo del amor, de la ilusion, del rechazo y la rabia.
Y las ganas de arrancarse la piel, la boca y el alma.

Aunque la besen otros labios, aunque le ofrezcan otros reinos, hay uno solo que ella desea...y, aunque le duela, la desgarre y le queme, sabe que es inconquistable.