sábado, septiembre 30, 2006

La belleza del instante desprevenido

Caracas desde la altura, y el reflejo de mi amiga Cristina,
emergiendo de la noche con una belleza distraida,
mezcla de angel y fantasma.

3 comentarios:

Anónimo dijo...

Con razón nunca aprendiste a patinar. Era: "abrí los pies, NO las piernas..." Ja ja, pero buen... Muy buena la crónica!!! Me encantó... :)

Anónimo dijo...

Ups me equivoque de post... :p
Y buen Myr, soy nuevo!!! voy al otro ja ja Chris

espiritunomade dijo...

jajaja. Te cambio clases de patinaje por un curso de "Introduccion al mundo blogistico - bases y aplicaciones". Te va? ;)